miércoles, 25 de julio de 2007
Cariño, lo siento...
Lo siento. Lo siento en el borde de mis labios, en la gota de saliva. Lo siento en mis oídos que no se conforman con susurros del viento. Lo siento. Mi estómago se oprime de ira. Siento que este no es mi andén, aunque el carro sea de fuego y de perlas. Lo siento. No puedo pedirte más. Siento que tus pies no dejan huella en el pavimento. Lo siento. Necesito un mundo que no está a mi alcance y que a lo mejor ni siquiera existe. Lo siento.
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